La piel atópica tiene un componente genético importante, y esto es un factor de riesgo para que la enfermedad se desarrolle. Se ha demostrado que el 80% de casos tienen antecedentes familiares. Si tus padres o abuelos han tenido eccema, tienes muchas posibilidades de desarrollarla, sobre todo si tu estilo de vida es estresante.

Veamos qué alteraciones se producen en la piel para que se desarrolle una dermatitis atópica. Parece ser que se inicia cuando la piel no puede retener bien el agua y se deshidrata. Esto pone en marcha un proceso inflamatorio con picor que enciende la piel.

Como hay muchas personas con dermatitis atópica se ha estudiado bastante. Utilizando métodos de investigación genética se ha descubierto que las personas con eccema tienen un problema con el gen responsable de una proteína fundamental de la epidermis que se llama filagrina. Esta proteína ayuda a que las células más externas de la piel (cornecitos) estén bien pegadas unas a las otras (como los ladrillos de una pared unidos por cemento), y eviten el paso de microbios y sustancias extrañas. Además, la filagrina es una parte fundamental del factor de hidratación natural de la piel porque ayuda a mantenerla hidratada y con pH un poco ácido. Esto crea un ambiente ideal para que pueda vivir la microbioma beneficiosa de la piel y mantener a raya los microorganismos patógenos, como el Staphylococcus aureus.

Si tienes dermatitis atópica hay que plantearse una ayuda de dentro hacia afuera y de afuera hacia adentro

Cuando la piel se descama por la sequedad deja espacios por los que pueden entrar microorganismos y sustancias extrañas irritantes. Los microbios destruyen las células de la piel y producen antígenos que provocan una respuesta inflamatoria del sistema defensivo. Esto aumenta la permeabilidad de los vasos sanguíneos para que lleguen las células defensivas, lo que hace que pierda más agua y se seque todavía más.

La inflamación produce picor, y el rascado facilita la reinfección, que empeora la situación, iniciándose una situación crónica, en bucle, que con el tiempo altera la estructura de la piel, que se vuelve roja y escamosa. Las lesiones producen mucho picor, exudación de líquido y formación de costras en la cara y cuero cabelludo; aunque pueden aparecer en cualquier lugar. En los adultos aparece con más frecuencia en la cara y las manos. Como no existe un tratamiento que produzca una curación permanente, generalmente el eczema se cura con el tiempo, si se evitan los factores desencadenantes y se cuida la piel durante los brotes.

La dieta es importante, los adaptógenos ayudan

Si tienes dermatitis atópica hay que plantearse una ayuda de dentro hacia afuera y de afuera hacia adentro. Te ayudará mucho una alimentación basada en ingredientes de agricultura ecológica, evitarás muchos pesticidas. Introduce superalimentos ricos en antioxidantes y antiinflamatorios.

Como decía Hipócrates, que tu alimento sea tu medicina, así que infórmate sobre qué adaptógenos puedes conseguir en tu tienda de alimentación natural o farmacia para consumirlos habitualmente en forma de infusión o en tus comidas habituales. Algunos que pueden ayudar en la dermatitis atópica son el ginseng, la quercetina, el regaliz y el propóleo.

El objetivo es reducir la inflamación, hidratar, calmar el picor y regenerar la piel

Ingredientes para elaborar una crema para la piel atópica

El objetivo es reducir la inflamación, hidratar, calmar el picor y regenerar la piel. Seleccionaremos ingredientes adaptógenos que puedas tomar y a la vez aplicar sobre la piel para ayudarla desde dentro y desde fuera.

Extractos de plantas

  • El regaliz, Glycyrrhiza uralensis, contiene liquiritigenina, un flavonoide antiinflamatorio y antibacteriano que ha demostrado ser eficaz en la dermatitis.
  • El astaxantina y la centella asiática juntas tienen un efecto sinérgico para reducir la inflamación de la dermatitis atópica.
  • El llantén (plántago asiática y ovata) que contiene verbascósido, y el ginseng que contiene gingenósido inhiben la liberación de histamina y ácido araquidónico de las células defensivas que mantienen la inflamación crónica.
  • La tila tiene glucósidos de quercetina y kaempferol con propiedades antioxidantes y antiinflamatorias. También mucílagos calmantes, hidratantes y prebióticos.

Probióticos

Para ayudar a la microbiota seleccionaremos algunos prebióticos como el extracto de levadura de cerveza o de polen. La inulina vegetal, las proteínas hidrolizadas de trigo o avena, el fucocert y los betaglucanos, entre otros, ayudarán a equilibrar el microbioma de la piel y a reducir el enrojecimiento y la inflamación.

Aceites vegetales

Para hidratar y restaurar los lípidos cutáneos irán bien el escualeno, las ceramidas y los aceites ricos en ácidos grasos omega 3 y 6, que además son antiinflamatorios y antimicrobianos. Algunos interesantes son el de cáñamo, sésamo, aguacate, germen de trigo, onagra, avellana, nueces, uva, borraja, rosa mosqueta y jojoba. También aceites antiinflamatorios como el de árnica, caléndula, hipérico o manzanilla.

Los aceites esenciales más suaves también pueden ayudar por sus propiedades antiinflamatorias, antibacterianas y calmantes, como el de palo de rosa, lavanda, manzanilla, siempreviva, zanahoria o ylang ylang.

Tomar vitaminas B, C, D, E y zinc ayuda desde dentro a reducir la inflamación de la piel atópica. Pero también podemos añadirlas a los cosméticos, especialmente la C, la B3 y la E por sus propiedades antioxidantes y regeneradoras.

También hay ingredientes cosméticos que ayudan a la piel inflamada como el alfa bisabolol, la alantoína y el pca sódico. Con una selección de estos ingredientes podemos preparar una crema para la dermatitis atópica.

Crema antiinflamatoria y calmante para piel atópica

Se elabora al baño maría. En un vaso mezclar los ingredientes de A y calentar al baño maría hasta que se funda la ceramida, aproximadamente a 90ºC. En un vasito mezclar la xantana con la glicerina y reservar. En otro vaso mezclar los componentes de B y calentar al baño maría a 70ºC. Añadir la xantana con la glicerina al vaso B y remover para que se hidrate la goma xantana. Añadir B sobre A agitando. Cuando la temperatura descienda a 50ºC añadir los ingredientes de C uno tras otro, agitando. Ajustar el pH a 5,5, con ácido láctico antes de añadir el conservante. Comprobar el pH antes de envasar.

Cristóbal Vidal

Profesor y director del Instituto Europeo de Dermocosmética

Artículo publicado en El Botiquín Natural el 21/10/2025

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