Para que una esencia desarrolle su acción se ha de difundir por el organismo donde encontrará órganos y sistemas que le serán más receptivos y darán una respuesta que podremos observar.

En la aromaterapia clínia, o tratamiento de enfermedades mediante los aceites esenciales, debemos tener en cuenta que las esencias pueden ejercer una acción local, general y refleja.

1.- LA ACCIÓN LOCAL.- Es la producida en el lugar de aplicación de la esencia sin penetración en la circulación. Esta acción se ejerce sobre la piel, mucosas, especialmente la mucosa respiratoria y digestiva, la acción local puede consistir en irritación o en todo lo contrario, antiinflamación y restauración. Las esencias de Ruta graveolens y Zingiber officinalis son irritantes, la esencia de Matricaria recutita y Lavandula angustifolia son antiinflamatorias, las esencias de Rosa damascena, Pelargonium asperum y Calendula officinalis son estimulantes de la cicatrización.

2.- ACCIÓN GENERAL.– Se verifica después de la penetración de la esencia en la circulación y el efecto se observa en diferente órganos según la afinidad de la esencia por ellos. Las esencias de Ocymum basilicum, Pinus sylvestris, Rosmarinus officinalis y Salvia sclarea son estimulantes de la corteza adrenal es por esto que todas son tonificantes y provocan un aumento de la vitalidad.

3.- LA ACCIÓN REFLEJA.- Se ejerce sobre un órganos que no está en contacto con la esencia o que no tiene afinidad por ella. Las esencias de Menta piperita y Foeniculum vulgare ejercen una estimulación de la secreción de jugo gástrico y de la función gastrointestinal por un efecto reflejo a través del olfato. Las esencias irritantes de la piel provocan un aumento de la frecuencia cardiaca por vía refleja.